por Mercedes Ortuño Lizarán
MADRID, España.- En plena desescalada, igual que ocurre con su nuevo videoclip “Este tren”, Rozalén “avanza, no para”. La canción es un adelanto de su próximo disco, que verá la luz “después del verano” y cuyo título “parece un cuento, pero tiene mucha filosofía detrás”.
“Hay temas de actualidad, que supongo que darán más que hablar”, augura en una entrevista con EFE; igual que lo hicieron en su momento “La puerta violeta”, contra la violencia machista, y “Justo”, un relato familiar en pro de la memoria histórica. De ellos resalta las casualidades que los rodearon: “Todo el mundo me dice ‘eres bruja total'”.
“Me han pasado cosas un poco extrañas. Cuando hice ‘La puerta violeta’ no sabía que iba a haber luego una ola feminista de esa manera. Ni cuando hice ‘Justo’ pensaba que iban a desenterrar a Franco. Me pasan movidas con las que yo alucino”, cuenta acerca de sus poderes mágicos.
En su nuevo álbum habrá candidatas a unirse a esa colección de himnos sociales que ya atesora María Rozalén (Albacete, 1986), a la que durante el confinamiento se ha sumado también “Aves enjauladas”, su canto a las cosas que considera importantes de verdad.
“Este tren”, el primer adelanto del que será su cuarto disco de temas originales, estaba escrito desde “hace muchos meses”, aunque su discurso de ‘carpe diem’ venga ahora como anillo al dedo. “Es un mensaje muy tópico, pero creo sinceramente que nadie lo sigue. Seríamos mucho más disfrutones y no tendríamos tanta amargura”, dice sobre la letra.
Pero lo que más le gusta de su nuevo sencillo es que propone “una estructura muy diferente, nada comercial, que no tiene estribillos”. Las baquetas de la batería se transforman, por medio de una especie de aliteración sonora, en “el ‘chucuchú’ del tren” y mantienen el ritmo de “una canción que avanza, que no para, que solo crece”.
Aunque se muerde la lengua para mantener muchos de los interrogantes sobre su nuevo álbum -“me tengo que hacer la interesante”, bromea-, la albaceteña desvela que habrá “mucho mensaje relacionado con el individuo: el autocuidado, la capacidad de decir que no, el que si nos queremos dar a los demás primero tenemos que mirarnos a nosotros mismos”.
Tras “Cuando el río suena…” (2017), en el que ahondó en sus raíces familiares, Rozalén se pregunta ahora, a golpe de “mucha canción muy divertida de bailar”, “qué sentido tiene todo esto” y cuál es su papel.
También hay “mucha crítica social, mucho hablar de la mujer”, avanza de un álbum que continuará la “tradición” de versionar “una canción de autor mítica”.
En su último disco fue “Volver a los diecisiete” (Violeta Parra) y en “Quién me ha visto…” (2015), “La belleza” (Luis Eduardo Aute). Para otoño, “otra mitiquísima de un cantautorazo que me vuelve loca”, dice sin desvelar más.
“Se nota que estoy escuchando cada vez más ‘folk’, y me encantaría, en algún momento de mi vida, hacer un disco de folclore español”, cuenta la artista, a la que un “retiro” con su banda el pasado otoño para “tocar y sacar ideas” le ha abierto la puerta a “nuevas melodías”, bajo la “presión” que admite ponerse ella misma y que la ayuda a “evolucionar”.
“Ya estoy más tranquila porque estoy contenta con lo que hay, pero de primeras decía ‘¿ahora qué hago? Voy a tener un montón de lupas y a todo el mundo esperando mucho de mí'”. Por eso, si en el anterior disco le dio “vueltas a las letras”, para el que viene, “vueltas, no; triples mortales”.
Achaca su facilidad para contar historias a una cuestión de herencia familiar más que a la influencia de sus estudios de Psicología: “Me viene mucho por las mujeres de mi casa. Mi abuela y mi madre son superexpresivas y muy contadoras de historias. Tú escuchas a mi abuela contando historias y te quedas ’embelesá’. Te atrapa”, explica.
Además de “La puerta violeta” y “Justo”, considera que “no es normal” la cantidad de canciones suyas que suenan “en los coles”. La responsabilidad de acercar a los niños ciertos temas, confiesa, la pone “nerviosísima”. Y, aunque desde su humildad característica, Rozalén no es capaz de mojarse del todo sobre si intuye algún nuevo himno entre los temas de su próximo disco, sí revela que habrá letras de actualidad. Solo pide, “por favor”, que la gente “haga suyas las canciones, pero que sea para hacer bien y no para separar más”.
Acostumbra a colaborar con ONG y asociaciones. Este fin de semana participa junto al colectivo Arte Muhé en un festival ‘online’ organizado por las redes de cuidados de los barrios de Madrid. Y, a pesar de que le cuesta mantener el optimismo tras la crisis sanitaria, sentencia: “Quiero ser positiva. Yo me quedo con esta gente, con la gente que sí está construyendo”.
EFE